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Estudiar en verano no es un camino fácil, pero tampoco imposible. Sólo tienes que tener paciencia, perseverancia, y una buena rutina. Te proponemos cinco claves para estudiar en verano de manera metódica y eficaz. ¡Vamos a ello!
Planifícate
No es necesario planear todo al detalle, pero piensa en cómo te vas a organizar: horarios, días de estudio… etc. En definitiva, cómo vas a distribuir tu tiempo y hacerte con todo el material escolar y académico necesario. Es importante que tengas a mano todo el material para no perder el tiempo cada día en organizarte y ponerte a estudiar.
Crea un espacio de estudio agradable y no muy caluroso
Vas a dedicar muchas horas a estar sentado en el mismo sitio, así que lo conveniente es que te asegures de que es un espacio cómodo que te permite concentrarte con facilidad y que no tiene distracciones.
En verano es inevitable el calor, por eso es importante que no estudies en las horas de más temperatura ya que esto podría llegar a agobiarte. Una buena opción es hacer uso de un ventilador en algunos ratos mientras estudias, una buena temperatura y ambiente fresco te ayudarán a concentrarte.
Bebe mucha agua y come bien
Hidratarse es esencial. Tanto en el día a día como para estudiar. Pero en épocas de estrés, sumado a unas altas temperaturas, es más importante que nunca. Asegúrate de tener una botella de agua fría al lado para ir bebiendo cuando estudies y conviértelo en rutina.
Por otro lado, mantener una alimentación equilibrada es vital para los estudiantes, procura llevar un horario rutinario de comidas, no llenarte demasiado para sentirte pesado y cansado a la hora de estudiar, y sobre todo, basar tu alimentación en proteínas, vitaminas, carbohidratos y grasas saludables, ya que aumentará tu energía y productividad.
Una dieta equilibrada y adecuada te ayuda a aumentar tu memoria y a mejorar tu capacidad de concentración y bienestar, por lo que tu rendimiento académico se mantendrá.
Y por supuesto… ¡el menor número de procesados y azúcares posibles! Aunque claro está que en verano siempre apetece un helado de vez en cuando.
Establece una rutina y cúmplela
Cada persona rinde mejor en un momento distinto del día. Busca el tuyo y hazte con él, también puedes ir probando distintos horarios hasta dar con el que te resulte más cómodo. Evidentemente en verano te surgirán planes y te apetecerá salir a la calle, ir a la piscina, a una terraza… ¡puedes hacerlo!
Otra buena opción es hacer 30 minutos de deporte al día. Este hábito tiene grandes beneficios para la salud física y mental. Aumentará tu productividad y concentración, y por otro lado, podrás olvidarte del temario por un rato para que esto no te produzca demasiados agobios. Además, hay muchas opciones, y si hace mucho calor, ¡siempre puedes ir a nadar si te gusta!
Disfruta del verano, importa más la calidad del estudio que la cantidad
Resulta irreal que un estudiante pase una gran cantidad de tiempo estudiando mientras se encuentra en casa de vacaciones. Es importante que estudies día a día y lleves una rutina, pero es igual de importante tomarte tu tiempo para tus cosas, compartir ratos con familia y amigos, hacer algún viaje, ir a la naturaleza… en definitiva: disfrutar del verano.
Parece que sí, pero disfrutar del verano y estudiar no son cosas totalmente incompatibles. Cuanto mejor te organices y te concentres… ¡más fácil será disfrutar después de los ratos de recompensa!
Desconectar y relajarse es igual de importante que llevar un buen estudio.
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